domingo, 4 de marzo de 2012

GOYA Y LA INQUISICIÓN, Fanny Ávila

Esta película no habla precisamente del pintor Francisco de Goya, sino que más bien está enfocada al contexto en el que su obra se produce, abarcando desde sus obras más tempranas y tranquilas, hasta las que produjo después de su sordera y varios conflictos armados, los cuales llevan al autor a pintar escenas trágicas, inquietantes e inestables; por otro lado, la película nos narra la historia de dos personajes que son víctimas de la inquisición española: un sacerdote que decide dejar los votos y una mujer a la que se le imputan cargos jamás cometidos.

Francisco de Goya pintaba para reyes y familias reales, llevando relación con algunas personas que eran sus modelos, y así es como su historia se teje con la de la mujer, quien es primeramente retratada por él antes de ser enviada a la inquisición. Ella permanece ahí por muchos años, años en los que queda embarazada del sacerdote y es violada por sus custodios; su hija jamás está con ella y el padre nunca se entera de este acontecimiento; mientras tanto, Goya ha pasado ya años con su sordera y sus obras ahora se muestran totalmente diferentes, es decir, este artista atraviesa por diferentes momentos que son plasmados en los temas y en las técnicas diferentes de toda su obra: es por ello que Goya es un artista completo.

El tema de la inquisición es tratado con mucha crueldad, como debió haber sido, pues involucraba a personas inocentes sin derecho a réplica en sus castigos, uno de los motivos que hizo que el sacerdote protagonista decidiera dejar los hábitos para consagrarse a la política y a una familia. La inquisición se caracteriza por su crueldad y la frialdad con la que trata a los inculcados y la sociedad de la época es el resultado de guerras y conflictos, lo cual provoca que no tengan ganas ni derecho para defenderse, cosa que Goya ha sabido expresar bien en sus obras.

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